El precio por una noche fue excelente y la casona antigua estaba muy bien mantenida y restaurada. La ubicación era ideal, cerca de los puntos turísticos, y el personal, especialmente Mauricio, fue muy amable y atento.

La comida matutina podría mejorar ofreciendo más variedad.

Cuando llegamos, la habitación estaba sucia, con polvo y algunas sorpresitas desagradables en el suelo. No había toallas ni jabón de manos, y el baño presentaba problemas. A pesar de la ubicación conveniente, los aspectos negativos superaron a los positivos. Sin embargo, mi sentido del humor me mantuvo positiva durante esta experiencia. ¡Siempre es importante reírse un poco en medio de la adversidad! .

Destaco la ubicación céntrica, la atención personalizada y la belleza de la casa antigua. Disfrutamos de la cercanía a la Plaza Independencia y la calle de bares, así como de la comodidad de contar con alquiler de bicicletas. Aunque las instalaciones son históricas, se podría mejorar la limpieza. Los muebles y decoración brindan un ambiente acogedor, ideal para relajarse. Visitar las plazas y monumentos cercanos en familia fortaleció nuestros lazos. ¡Recomendaría este lugar para una estancia única en Mendoza!